Este año 2022 se cumplen dos décadas de la prohibición del amianto en España. El amianto o asbesto es uno de los componentes del fibrocemento. Fue uno de los materiales más fabricados y utilizados en nuestro país en todo tipo de viviendas, almacenes e incluso edificios públicos.
La propiedad fibrosa del amianto hacía de él un material muy flexible para la construcción. Además, es un buen aislante térmico y muy resistente a los cambios de temperatura. Durante los años 60′ y 80′ no se conocían todavía sus riesgos para la salud, solamente sus ventajas. Por este motivo se empleó en toda clase de estructuras: tejados, fachadas, tuberías, depósitos de agua e incluso baldosas y elementos decorativos.
¿Qué es el amianto? ¿Supone una amenaza para la salud?
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El amianto o asbesto es un material formado por un conjunto de minerales metamórficos fibrosos. Algunos hallazgos arqueológicos demuestran que se utilizaba ya en la Edad de Piedra para reforzar las macetas de cerámica. Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XIX cuando se empezó a usar a gran escala gracias al desarrollo de la minería industrial.
El amianto está formado por una serie de fibras microscópicas que al ser inhaladas pueden causar afecciones respiratorias graves. La exposición prolongada a este material provoca una enfermedad llamada asbestosis que suele derivar en el desarrollo de una fibrosis pulmonar.
Además, el amianto en todas sus variedades está clasificado por la legislación española como un agente cancerígeno. El Real Decreto 1299/ 2006 reconoce como enfermedades profesionales las patologías producidas por la exposición a este material, entre las que se encuentran la ya citada asbestosis, el cáncer de pulmón y el mesotelioma pleural. Por otra parte, existe la sospecha no confirmada de que es un factor de riesgo en el desarrollo de otros tipos de cánceres como el cáncer de mama o el de riñón.
Cuanto mejor estado tenga el amianto, el riesgo de toxicidad será menor, pero hay dos factores que aumentan su deterioro: la manipulación y el paso del tiempo que agota su vida útil.
¿Qué hacer si sospechas de la presencia de amianto en tu vivienda?
Lo primero y más importante: ¡Nunca actúes por cuenta propia! El amianto es un material peligroso para la salud y no se debe manipular sin los conocimientos ni los equipos de protección adecuados. Además, en el caso de hacerlo sin autorización ni contar con las licencias pertinentes te expones a una sanción severa que va desde los 30.000 hasta los 600.000 euros según lo establecido en el Orden Social LISO 5/2000.
Lo segundo que debes hacer es buscar una empresa autorizada para la retirada de este material. Debe estar inscrita en el RERA (Registro de Empresas de Retirada con Riesgos de Amianto) y disponer de un código NIMA que admita la gestión de este tipo de residuos en plantas especiales para su tratamiento, reduciendo el impacto medioambiental. Una de estas empresas es Madrid Amianto que se encargan de todo el proceso de desamiantado, tratamiento, retirada y transporte en Madrid y alrededores. Para ello cuentan con un equipo técnico de profesionales debidamente certificados y una tecnología vanguardista que les permite llevar a cabo esta labor en todo tipo de construcciones: tejados de uralita, tuberías, máquinas, depósitos o bajantes.
Es prioritario que el desamiantado de cualquiera de estas estructuras se realice bajo estrictas medidas de seguridad y protección, tanto para los trabajadores como para el entorno.
Normalmente, en una primera inspección la empresa autorizada hará una serie de preguntas relacionadas con la fecha de construcción del edificio y tomará muestras de las partes sospechosas de tener amianto. Estas muestras se analizan en laboratorio bajo microscopio electrónico o espectrofotometría infrarroja. También se evalúa en terreno la condición de exposición al amianto, si existen partículas en el aire y su porcentaje. Con los datos obtenidos se traza un plan de actuación y se ofrece un presupuesto personalizado al propietario de la vivienda.
¿Es obligatorio retirar el amianto de mi vivienda?
Actualmente en España no es obligatorio retirar el amianto en todos los casos. La ley estipula que es necesario proceder a su retirada una vez terminada su vida útil. La vida útil de una uralita es de unos 30-35 años, pero las condiciones climáticas adversas (viento, heladas, humedad) aceleran su deterioro.
Se calcula que a día de hoy debería estar fuera de uso el 65% de la uralita que fue colocada en las construcciones de obra antigua. Esto quiere decir que, a menos que el amianto de una vivienda se instalase a finales de los 90′ o principios del 2.000, es obligatorio retirarlo ya para cumplir con la ley.
¿La uralita siempre tiene amianto?
Casi siempre la uralita contiene entre un 10% y un 30% de amianto. No obstante, existe un tipo de uralita fabricada en fibra de vidrio que está libre de amianto (se identifica por las siglas NT). Sin embargo, la colocación de estas placas fue muy circunstancial. Un profesional acreditado podrá analizar el tipo de material utilizado y determinar si lleva o no amianto.
¿Cuánto cuesta retirar el amianto de una vivienda?
El precio de la retirada del amianto depende de varios factores como el tipo de estructura (no es lo mismo quitar un tejado de uralita que un canalón), del número de metros cuadrados a retirar y otras cuestiones como el desplazamiento y la presencia o no de puntos de gestión de amianto en la zona.
El coste del servicio suele oscilar entre 15 y los 30 euros por metro cuadrado, pero cada proyecto es diferente y por lo tanto deberás pedir un presupuesto personalizado con antelación para hacerte una idea aproximada del coste total.
¿Existen subvenciones para retirar el amianto?
A nivel estatal no hay subvenciones para la retirada del amianto, pero sí existen ayudas autonómicas para la rehabilitación de vivienda en las que puede incluirse la sustitución de los tejados de uralita. Algunas de estas ayudas están disponibles también para segundas residencias.