¿Tienes una finca, chalet o terraza con acceso desde el exterior? Las vallas metálicas son una opción práctica, segura y versátil para prevenir robos y vandalismo cerrando el acceso a la propiedad. Además, si se combinan con brezo o seto artificial son una buena forma de proporcionar privacidad y disfrutar de la piscina o jardín en verano sin ser vistos por los vecinos.

¿Qué tipo de valla metálica elegir?

Existen diferentes tipos de valla metálica en el mercado (puedes comprar en esta tienda online las vallas y accesorios de montaje con la mejor relación calidad/ precio).

Uno de los criterios que debemos tener en cuenta al hacer nuestra compra es el tipo de material del que está hecho valla (hierro forjado, acero galvanizado, aluminio o acero inoxidable). Este último es sensible a la oxidación y a la corrosión por lo que necesitaría un tratamiento con pintura o recubrimiento especial para protegerlo. Recuerda que las vallas están expuestas a la intemperie los 365 días del año por lo que es conveniente considerar las condiciones climáticas del lugar para asegurarse de que se mantendrá en buenas condiciones a lo largo de varios inviernos.

Por supuesto, el criterio estético también influye mucho en nuestra decisión de compra. Si además de cumplir su función, el vallado de la vivienda tiene una apariencia elegante hacia el exterior, esto aumentará el valor de la propiedad.

Por último, la solución de cerramiento que elijas debe ajustarse a tu presupuesto. El presupuesto de vallar un jardín depende de muchos factores como el tipo de material utilizado, los metros necesarios y, por supuesto, de si hacemos la instalación nosotros mismos o la encargamos a un profesional.

En la web de Securfix tienen tres tipos de soluciones para vallar zonas residenciales: la malla de simple torsión (la más económica), la valla de hierro forjado (la más resistente y duradera, pero también la más cara) y la malla Hércules que es en general la más demandada por su buena relación calidad/ precio.

Paneles de malla Hércules

Están fabricados con alambre de acero galvanizado de alta calidad y que ha sido tratado con un recubrimiento especial para resistir la corrosión.

Está formada por varillas metálicas fijas en horizontal y vertical y tiene un ancho estándar de 2,5 metros mientras que la altura va de 0,63 metros a los 2,03 metros (si lo prefieres hay una opción más económica de 2 metros de ancho y 4 mm. de espesor).

Su instalación es relativamente sencilla en comparación con otras mallas metálicas. Para colocarla necesitarás comprar accesorios de montaje como abrazaderas, grapas metálicas, bases o elementos de ocultación (si quieres crear alguna zona reservada).

Malla de simple torsión

La malla de simple torsión son alambres con un cruzado simple que forman un enrejado romboidal. Es el tipo de cerramiento más utilizado en todo el mundo.

No es tan resistente y elegante como los paneles Hércules, pero utiliza mucho para vallar zonas con piscina, instalaciones deportivas, etc. Su precio económico es el mayor reclamo.

Se compra en rollos que van de los 10 a los 50 metros y con alturas comprendidas entre los 0,90 y 3 metros.

Rejas de hierro forjado

Son estructuras en forma de barrera que se colocan para evitar caídas o accidentes en zonas con altura. Son la opción más segura para una terraza o balcón ya que tienen un nivel máximo de resistencia.

Las barandas de hierro de Securfix son muy seguras, cumplen con la normativa del Código Técnico de Edificación (CTE) y además son muy estéticas, tanto los diseños lisos como los más ornamentales.

¿Te han parecido útiles estos consejos? Recuerda que antes de colocar cualquier valla metálica en tu jardín deberías hacer una planificación previa, medir el terreno y asegurarte de que el área está preparada para hacer un cerramiento. Una vez que hayas terminado este trabajo, te sentirás más seguro y cómodo en la vivienda. Además, gracias a la calidad de las vallas Securfix, no tendrás que preocuparte en años de hacer reformas o mantenimiento en el vallado.