El suelo es un elemento muy importante en el diseño de interiores. Algunos aspectos que solemos considerar a la hora de elegir el tipo de instalación y los materiales de revestimiento son: el uso que le daremos al suelo (si es una zona más o menos transitada), los cuidados necesarios para mantenerlo en buenas condiciones y el presupuesto disponible.
Las opciones más solicitadas para el interior de una vivienda suelen ser: parquet, tarima flotante y suelo laminado. En este artículo te hablaremos de las diferencias entre estos tipos de suelo para que tomes una decisión informada y adaptada a tus necesidades.
Parquet
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No tiene rival en cuanto a elegancia. Es ideal para crear ambientes cálidos y acogedores en el hogar. Además, admite diferentes tipos de diseño: listones horizontales, espigas, chevrones, etc.
La característica principal del parquet es que está fabricado en madera, un material muy apreciado y por lo tanto más caro que otros materiales sintéticos.
Además, el parquet tiene una instalación más laboriosa ya que va fijado al suelo, ya sea encolando o clavando sus piezas.
En lo que respecta al mantenimiento, la madera suele ser más delicada. Necesita productos especiales de limpieza y puede dañarse debido a la humedad o las temperaturas extremas.
Eso sí, a diferencia de otros materiales de revestimiento el parquet se puede restaurar lijándolo y volviéndolo a barnizar. Esto hace que con los cuidados adecuados sea un tipo de suelo muy resistente y duradero.
Es importante que la instalación del parquet la realice siempre un profesional ya que de lo contrario podrían aparecer a largo plazo problemas de humedad o separación de piezas. Una de las mejores empresas del sector es Grupo Payresa, especialistas en la colocación de tarimas y parquet en Málaga. Con más de 40 años de experiencia realizando todo tipo de reformas y proyectos a medida, tienen una base sólida que les permite abordar cada trabajo con maestría y precisión, asegurando resultados de gran calidad.
Tarima flotante
La tarima flotante se instala sobre una base aislante de espuma. No requiere pegamento ni fijación al subsuelo, lo que la convierte en una opción ideal para proyectos de bricolaje.
Su precio es bastante más económico que el del parquet ya que no se fabrica con madera sino con aglomerado que imita las vetas de la madera real.
Es una buena alternativa si contamos con un presupuesto reducido. También es ideal para zonas de alto tránsito ya que resiste muy bien los arañazos e impactos. Eso sí, una vez que se desgasta no se puede lijar ni barnizar, la única solución es sustituir las piezas dañadas por otras nuevas.
Suelo laminado
Es una alternativa asequible al parquet. Está compuesto por varias capas de materiales comprimidos, incluyendo una capa superior que imita la madera real, un panel de fibra, una capa antihumedad y una capa protectora.
Los suelos laminados son muy resistentes al desgaste, pero al igual que ocurre con los suelos de tarima, no es posible lijarlos o barnizarlos si una pieza resulta dañada.
Te recomendamos que antes de tomar una decisión consultes con profesionales de la construcción o del diseño de interiores. Evalúa cuidadosamente los pros y contras de cada opción y considera cómo se integrará con el resto de tu decoración y estilo de vida.