Seguro que ya estás familiarizado con los códigos QR. Esta herramienta digital lleva entre nosotros más de diez años. Fueron creados en 1994 por la compañía japonesa Denso Wave (subsidiaria de Toyota) como un medio de organización y gestión de piezas dentro de su propia fábrica. Tiempo después se utilizaron como método para trasladar elementos impresos hacia el medio digital o para proporcionar un acceso rápido a direcciones URL.
Tras las circunstancias vividas durante la pandemia y con la llegada de la nueva normalidad, los códigos QR viven una etapa de esplendor. Por ejemplo, en España tras el fin de la primera desescalada abrieron de nuevo los bares y restaurantes después de casi tres meses de confinamiento, pero se prohibía el uso de cartas físicas que podían ser manipuladas por varios clientes. Como solución, muchos negocios del sector hostelero optaron por implementar el uso de códigos QR para mostrar la carta de sus restaurantes en formato digital. Seguro que en alguna ocasión has ido a tomar algo a un bar o a una cafetería y te ha resultado muy práctica esta forma de consultar la carta del local, pero ¿sabías que tú también puedes crear tus propios códigos QR y sacarles partido en tu hogar?
Hoy te hablaremos sobre este tema en el blog, pero antes que nada…
¿Sabes exactamente qué son los códigos QR?
Tabla de contenidos
Los códigos QR (abreviatura de Quick Response o «respuesta rápida») son una matriz de puntos o código de barras bidimensional capaces de almacenar información codificada. Esta información puede presentarse en cuatro tipos estandarizados (numérico, alfanumérico, bytes / binario, kanji). Gracias a esto, el código QR puede ser un contenedor para cualquier tipo de datos, por ejemplo: la dirección de una página web, una foto, un correo electrónico o un texto plano. Admiten distintas versiones según la cantidad de módulos que forman la matriz. Esto significa que puede ir desde 1 hasta 10, lo que daría como resultado matrices de 21 x 21 módulos como mínimo hasta 177 x 177 como máximo.
Debido a su utilidad y rapidez, los códigos QR pasaron pronto de la industria automotriz a otros sectores. Permiten almacenar más datos que los códigos de barras estándar UPC y su lectura es mucho más rápida. Se utilizan en aplicaciones de seguimiento del producto, identificación del artículo, gestión documental y mucho más.
¿Cómo acceder a la información de los códigos QR?
Hace algunos años era necesario disponer de un lector de códigos QR, pero tras la llegada de los teléfonos inteligentes esto ya no supone ningún problema porque la mayoría de las cámaras integran lectores de código QR de forma nativa, sin necesidad de instalar aplicaciones de terceros. Basta con abrir nuestra cámara y enfocar el código para que nos redirija al enlace sin necesidad de hacer nada más.
Ya hace algún tiempo que teníamos al alcance de nuestra mano la tecnología necesaria para que los códigos QR comenzaran a usarse de forma masiva, pero como comentamos al principio, el contexto de la pandemia aceleró su normalización debido a la necesidad de distanciamiento social. La hostelería fue uno de los sectores pioneros, pero a día de hoy utilizamos también los códigos QR en nuestros billetes de avión o para confirmar el acceso a una sala de eventos.
Crea tu propio código QR para facilitar las tareas en el hogar.
¿Te gustaría crear tus propios códigos QR para darles aplicaciones prácticas en el hogar? Es tan secillo como acceder a esta página web: “Generador de Códigos QR”, selecciona el uso que deseas darle y rellena los campos solicitados. Luego pulsa en “Generar Código QR” y guarda la imagen para poder utilizarlo.
Algunas ideas para aprovechar los códigos QR en tu hogar:
Compartir el Wi-Fi con tus invitados.
Muchas veces tenemos visitas en casa y nos preguntan la clave del Wi-Fi pero no nos acordamos porque cambiamos el nombre de la red o la contraseña con frecuencia. Algunas aplicaciones como QR Code WiFi te ayudarán a generar rápidamente un código con esta información. Puedes descargarlo e imprimirlo dejándolo en un lugar visible para tus invitados, por ejemplo, en la entrada de la casa o en el salón.
¿Harto de buscar manuales de instrucciones?
Siempre estamos buscando por los cajones los manuales de uso de aparatos electrónicos y electrodomésticos. Lo más práctico es crear unas pegatinas plastificadas con el código QR y enlazarlo al manual de instrucciones en PDF del fabricante.
Etiquetar libros.
Si tienes una pequeña biblioteca en casa, puedes sacarle partido también a los códigos QR creando etiquetas en los lomos de los libros. Así conocerás al momento datos interesantes como en qué fecha se publicó la obra o a qué género literario (poesía, narrativa, teatro, etc.) pertenece.
Mudanzas y embalaje
Los códigos QR te permiten conocer rápidamente el contenido almacenado en cualquier lugar. ¿Quieres saber qué hay dentro de aquel paquete o caja de mudanza? ¡Escanea el código con tu cámara y sal de dudas!
Adiós a típica nota de la nevera.
En su lugar puedes crear códigos QR con mensajes personalizados. QR voice es una práctica herramienta que genera un código QR de voz a partir de un texto escrito.
Compartir recetas.
¿A tus compañeros de piso les encantan tus platos y crees que los echarán de menos en tu ausencia? Deja tus recetas disponibles usando un código QR para que las tengan siempre a mano.
Si te han gustado estas ideas ¡compártelas! ¿Utilizas los códigos QR en tu hogar de alguna forma novedosa que no hemos mencionado? ¡Déjanos tus consejos en los comentarios!