El césped artificial es un tipo de revestimiento que imita la apariencia del césped natural, pero que está fabricado con fibras sintéticas como el polietileno o el polipropileno, que van tejidas sobre una base resistente.
Una vez instalado el césped artificial, requiere un mantenimiento mucho más bajo que el césped natural. No es necesario regarlo, rebajarlo o aplicar fertilizante.
Además, es extremadamente resistente. Se utiliza incluso en instalaciones deportivas como campos de fútbol y zonas de alto tráfico.
Las fibras sintéticas aguantan muy bien la humedad y las lluvias extremas. Mientras que el césped natural puede tardar días en secarse y al pisarlo ensucia los zapatos de barro, el césped artificial tiene una base perforada que permite el drenaje del agua hacia las capas inferiores y, con una buena instalación, no debería dar problemas de encharcamientos.
También es resistente a los rayos ultravioleta (no se decolora con el sol) y no acumula insectos o alérgenos. Por estos motivos muchas familias ocupadas deciden instalarlo en su porche o terraza y disfrutar así de un césped en perfectas condiciones los 365 días del año.
Si estás pensando en colocar césped artificial en las zonas exteriores de tu vivienda, no te pierdas estos consejos.
Instalación del césped artificial paso a paso.
Para instalar el césped artificial sobre tierra debes proceder de la siguiente manera:
- Preparar el terreno: esto incluye desbrozar el suelo, aplicar un herbicida para evitar que crezcan malas hierbas y labrar la tierra entre 5 y 10 cm. para eliminar raíces. Asegúrate también de retirar las piedras grandes que podrían dañar la moqueta y crear bultos. Por último, nivela el terreno echando arena de sílice o gravilla y compactando bien con un rodillo de jardín. Asegúrate de dejar una ligera pendiente de un 1% hacia los bordes para que drene correctamente y evitar que el agua se estanque si llueve demasiado.
- Cubre la superficie con una malla anti-hierbas: extiende una malla geotextil anti-hierbas solapándola unos 10 cm. en las uniones y fijándola con grapas alrededor de todo el perímetro. De esta forma evitarás que las malas hierbas crezcan entre el césped artificial.
- Extiende el césped artificial: desenrolla la moqueta (suele venir en rollos de 2-4 metros de ancho) y sanea un poco los extremos para evitar imperfecciones. A continuación, recorta las tiras según la medida necesaria tomando en cuenta la dirección de las fibras, para que no se vean desordenadas y verificando que las juntas sean imperceptibles.
- Fija las uniones: para fijar las tiras de césped al suelo, puedes utilizar banda de unión y cola o banda autoadhesiva. Levanta los bordes unos 20 cm para facilitar su colocación. Si has comprado bandas autoadhesivas, sólo tienes que quitar el papel y presionar. En el caso de las bandas de unión y cola tendrás que aplicar el pegamento. Al terminar es recomendable colocar pesos encima de las uniones y dejar secar durante 24 horas.
- Aplica el recebado: el recebado consiste en cubrir la superficie con arena de sílice y cepillar el césped con un rastrillo en el sentido contrario a las fibras cobre una textura más natural. Luego hay que regar ligeramente para que la arena se asiente.
El procedimiento para colocar césped artificial sobre hormigón o baldosa es el mismo, pero mucho más sencillo ya que no es necesario desbrozar ni nivelar el suelo.
Los patios o terrazas suelen tener sumidero y no es aconsejable taparlo con el césped artificial, si no recortar 3/4 partes alrededor para poder levantarlo si se encharca de agua.
¿Cómo mantenerlo en buenas condiciones?
El mantenimiento del césped artificial es relativamente sencillo. Basta con limpiar suciedad y las hojas que se caen al suelo, utilizando una escoba de jardín. Las manchas se pueden eliminar con agua jabonosa.
Además, recomendamos aplicar periódicamente un desinfectante, sobre todo en el caso de tener mascotas
Por último, recordar que, aunque el césped artificial es muy resistente, también debemos tratarlo con cuidado. Esto incluye no arrastrar los muebles de jardín pesados, para no arrancar sus fibras por el roce y evitar la exposición al fuego (por ejemplo si hacemos barbacoas) ya que, a pesar de que el polipropileno es un material ignífugo, la textura de las fibras se deteriora al entrar en contacto con las brasas.