Al llegar el verano, las sillas de playa se convierten en un elemento básico para disfrutar de las actividades al aire libre: hacer una excursión a la playa en familia, ir de pesca o de acampada. Pero ¿sabías que también son una excelente opción para crear un espacio de relax en tu piscina o jardín? Puedes sentarte en ellas para leer un libro, pasar un rato conversando y esperar tu turno para darte un chapuzón.

¿Cómo elegir la silla de playa perfecta para tu piscina?

Prioriza la comodidad. Elige sillas con un respaldo reclinable que puedas ajustar para tomar una siesta si te apetece o sentarte más erguido para comer. Algunos diseños son más ergonómicos que otros, y es aconsejable probar la silla antes de comprarla para asegurarse de que es cómoda.

Además, también es importante comprobar que la silla esté fabricada con materiales de calidad, resistentes al agua y a los rayos ultravioleta. Por ejemplo, las sillas de playa hechas con madera son muy elegantes, pero necesitan mayor mantenimiento para protegerlas de la intemperie. Las sillas de plástico son ligeras y más económicas, aunque menos resistentes. Y, por último, las sillas de aluminio son duraderas y fáciles de limpiar, pero pueden calentarse en exceso con el sol y es recomendable colocar una toalla encima de ellas para no quemarse la piel.

Las mejores sillas de playa para colocar en tu piscina o jardín.

Las sillas de playa plegables son la opción más popular. Algunos historiadores sugieren que fueron los romanos sus inventores y que las utilizaban para sentarse en las playas.

Con el paso de los siglos su diseño fue evolucionando y adaptándose a un uso más actual. Las sillas de playa plegables de hoy en día son ligeras, económicas y fáciles de almacenar. Por eso son la opción favorita de los amantes de las actividades al aire libre.

¿Has visto alguna vez sillas de playa con ruedas inflables? Estos diseños están pensados para facilitar el desplazamiento por la arena o para ayudar a las personas con movilidad reducida. También pueden ser un carrito improvisado para llevar todas las cosas hasta el estacionamiento. Sin embargo, no son especialmente útiles para la piscina ya que en superficies duras y lisas las ruedas pueden resultar incómodas e incluso peligrosas. En este caso, es mejor optar por sillas con patas antideslizantes que se adhieren firmemente a la superficie, lo que las hace más seguras y estables.

Ya para finalizar no podemos olvidarnos de las sillas de playa reforzadas. Son las más resistentes del mercado y pueden soportar hasta 150 kg. de peso siendo las más recomendables para individuos corpulentos. Están fabricadas con materiales más resistentes y duraderos, como tubos de acero de mayor calibre y tejidos más resistentes al desgaste. Además, algunos modelos tienen características adicionales como soporte lumbar o un reposacabezas acolchado. Suelen ser algo más caras, pero por su calidad y comodidad, son una de las mejores opciones para disfrutar de una tarde de relax en la piscina.

¿Cuál de estos modelos de silla de playa elegirías?